La , no solo es de sangre. A veces también lo es en el corazón y en el espíritu.
Celebramos la paternidad que vivimos dr parte de Dios sobre nuestras vidas , que es la que permite transformaciones tan profundas y cambios de rumbo tan rotundos.
Celebramos la paternidad del corazón, agradeciendo el trabajo apasionado en nuestras casas por representar con tanto amor esa figura indispensable para el crecimiento o la restauración
Te celebramos a vos también, papá que lees esto, por el hermoso trabajo que tenés entre manos.
¡Feliz día !