La , no solo es de sangre. A veces tambiĆ©n lo es en el corazón y en el espĆ­ritu. Celebramos la paternidad que vivimos dr parte de Dios sobre nuestras vidas , que es la que permite transformaciones tan profundas y cambios de rumbo tan rotundos. Celebramos la paternidad del corazón, agradeciendo el trabajo apasionado…